El paciente oncológico, el futuro de la atención en salud

Cada año, el 4 de febrero celebramos el Día Mundial contra el Cáncer, una conmemoración que recuerda la importancia de la atención al paciente oncológico y, en mayor relevancia, la prevención de la enfermedad.

Durante la última década, se ha hecho énfasis en la necesidad de continuar y reforzar el diagnóstico temprano y oportuno, así como en los avances en investigación y desarrollo de tratamientos efectivos y eficientes contra el cáncer; sobrepasando barreras derivadas de la pandemia de la COVID-19. Esta experiencia nos dejó aprendizajes y retos en la atención de los pacientes, diagnóstico, manejo integral y soporte a la familia de los pacientes oncológicos.

El cáncer es una enfermedad con una expansión acelerada a nivel global, en gran medida por la transición epidemiológica que estamos viviendo. Según la International Agency for Research on Cancer, en el año 2020 se diagnosticaron alrededor de 19,3 millones casos nuevos de cáncer en el mundo, y se estima que aumentará en las dos próximas décadas hasta los 30,2 millones. La pandemia retrasó no sólo el número de diagnósticos oncológicos, sino su tratamiento y recuperación, generando múltiples retos para su abordaje.

Es importante recordar que el cáncer es una enfermedad que se produce cuando las células del cuerpo comienzan a crecer sin control y se dividen de manera anormal. Estas células anormales pueden invadir los tejidos y órganos, así como extenderse a otras partes del cuerpo a través del torrente sanguíneo o del sistema linfático. De ahí que, un paciente oncológico es aquella persona que ha sido diagnosticada con cáncer y está recibiendo tratamiento para la enfermedad. Estos pacientes pueden estar recibiendo tratamiento activo, como quimioterapia, radioterapia o cirugía, o pueden estar en remisión después del tratamiento.

IMPORTANCIA DE UN PLAN DE DETECCIÓN DE PACIENTES CON CÁNCER

Según el panel de expertos desarrollado por El Sevier (2021) sobre oncología en perspectiva, “una crisis de esta magnitud [la Pandemia] a menudo conduce a un cambio de modelo asistencial y una re-priorización de la atención, puede tener un impacto negativo en el cuidado de pacientes con otras patologías [incluido el cáncer]”. Los sistemas de salud deberían tener un plan de choque postcrisis o como mínimo una intensificación en la búsqueda de pacientes no diagnosticados para prevenir, entre otros, sobrecostos en el sistema y sufrimiento de los pacientes y sus familias.

Frente a esto, el Doctor Luis Moreno, presidente de la Sociedad Dominicana de Radioterapia Oncológica, comentó la importancia del diagnóstico precoz y tratamiento oportuno del cáncer como fundamentos esenciales, que no pueden esperar la aparición, distribución y administración de una vacuna para el SARS-CoV-2.

Sumado a lo anterior, existen cifras reportadas de hasta el 25% de descenso en el diagnóstico de cáncer. Es necesario la implementación de estrategias innovadoras en oncología y avances tecnológicos tales como: inteligencia artificial, telemedicina, entre otros, que conllevarán a mejorar el diagnóstico y los pacientes tratados a mediano plazo; enmarcados en la medicina personalizada.

ESTRATEGIAS PARA DIAGNÓSTICAR EL CÁNCER A TIEMPO

España, por ejemplo, se ha expuesto a combinaciones de IA y oncología médica clínica, como lo presentó el oncólogo Emilio Alba en el I Simposio de Inteligencia Artificial en Oncología Médica – SIA Málaga, donde se mostró “la posibilidad de cruzar la historia clínica oncológica y la ingente cantidad de información sobre los casos, con una herramienta de analítica de datos que permite interpretar y explotar con suma facilidad su realidad clínica. De este modo, obtienen datos estadísticos e información valiosa para desarrollar modelos que en el futuro ayuden a predecir la evolución de los pacientes y facilitar el proceso de toma de decisiones”. Lo anterior, una realidad en la Unidad de Gestión de Intercentros de Oncología Médica de Málaga.

Debe ser imperativo en la atención de los pacientes oncológicos, el abordaje integral, donde se haga énfasis en el trabajo conjunto del personal de enfermería, médicos generales y especialistas, así como soporte nutricional, psicológico y farmacológico. Algunas experiencias de los pacientes reflejan que pueden presentar diferentes momentos emocionales y mentales (sentimientos como agobio, negación, enojo, temor y preocupación, una vez aceptado el diagnóstico esperanza, estrés y/o ansiedad) durante el proceso de enfermedad, en muchos casos sin este manejo integral adecuado.

El Instituto Nacional de Cancerología de Estados Unidos en su artículo “Los sentimientos y el cáncer”, refleja justamente lo anterior, aunado a que a menudo los valores con los que una persona se ha formado impactan su manera de pensar y de hacer frente a las situaciones, en este caso específico, al cáncer.

MODELOS DE ATENCIÓN INTEGRAL EN SALUD AYUDAN A PACIENTES CON CÁNCER

En Colombia, los modelos integrales de atención en oncología abarcan desde el diagnóstico hasta la fase final de la enfermedad, cubriendo las necesidades de la unidad familiar, paciente-cuidador-familia. Desde el 2015, con la entrada de la ley estatutaria en salud (Ley 1751 de 2015), el sistema de salud promueve como principio rector, la equidad a partir del establecimiento de la igualdad de trato y oportunidades de acceso a los servicios de salud.

Es por lo anterior que se crean los modelos de atención integral en salud que tienen como objetivo, reconocer que a todas las personas se les debe garantizar el acceso a una serie de atenciones/intervenciones en el curso de sus vidas, que se orientan a desarrollar sus capacidades y a promover el más alto nivel de bienestar individual y colectivo, de tal forma que se constituyen en rutas universales de atención integral, que deberán ser adaptadas a las realidades de cada territorio del país. Para oncología específicamente, ya se tienen descritas varias de ellas, como Linfoma No Hodking, Linfoma Hogking, entre otras, que se deben seguir robusteciendo, documentando, transformando digitalmente y aumentado su cobertura en territorios apartados para continuar con la mejora del abordaje del paciente con cáncer.

En definitiva, trabajar en mejorar el modelo de abordaje integral del paciente con cáncer, debe ser una prioridad y establecerse en normativas como el Plan Nacional para el control de esta enfermedad en Colombia, así como otros elementos que, a nivel jurídico y práctico, pongan en marcha la retoma del manejo de dichos pacientes postpandemia. El uso de la transformación digital y tecnológica, por parte de cada uno de los actores del sistema de salud para implementar medidas de diagnóstico, tratamiento, seguimiento y análisis estadístico en los países, debe empezar a ser una realidad desde la atención primaria, con el fin de lograr la articulación del tratamiento del paciente oncológico y la toma de decisiones hacia el futuro.