El síndrome de distress respiratorio (SDR) en un recién nacido prematuro se presenta como dificultad respiratoria, que persiste o progresa en las primeras 48 a 96 horas de vida. Su tratamiento es multidisciplinario y debe realizarse en las unidades de cuidados intensivos neonatales.
Tanto la terapia de reemplazo temprana, como la profiláctica con surfactante, reducen la mortalidad y las complicaciones pulmonares en los niños ventilados con SDR, en comparación con la administración tardía. Sin embargo, la intubación postsurfactante y la ventilación son factores de riesgo para displasia broncopulmonar.
Stevens y colaboradores revisaron seis estudios aleatorizados controlados, y encontraron que el reemplazo temprano con surfactante e intubación transitoria, usando un umbral bajo (FiO2 < 0,45), se asocia con menos necesidad de ventilación mecánica, incidencia de SDR y síndromes con escape aéreo [2].
Katz y colaboradores encontraron que los niños que requieren la administración repetida del surfactante después del sexto día de vida se caracterizan por ser muy prematuros (edad gestacional 24,7 ± 1,2), tener muy bajo peso al nacer (647 ± 120 g), no haber recibido esteroides antenatales y haber requerido dos o más dosis de surfactante para el tratamiento inicial del SDR [3].
Bissinger y colaboradores evaluaron prospectivamente los gases sanguíneos y los parámetros de ventilación antes y después de dos dosis de surfactante (una cada 12 horas), en veinte niños prematuros ( ≥ 500 g; 7 días a 3 meses de edad) con descompensación respiratoria mínimo cuatro horas después de recuperarse de SDR. Encontraron que la administración secundaria de surfactante reduce los requerimientos ventilatorios a corto plazo en estos niños, como se evidencia en la mejoría significativa a las 12 y 24 horas de la administración del surfactante de la PCO2, el pH, la presión promedio de las vías aéreas, el FiO2, el índice ventilatorio modificado y el puntaje de severidad respiratoria [1].