Implementando la Tele-cardiología en un hospital

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En telemedicina, cuando hablamos de Tele-cardiologí­a nos encontramos con una serie de aspectos clí­nicos que en primera instancia hay que mencionar.

La especialidad de Cardiologí­a abarca un sinnúmero de diagnósticos que muchas veces se encuentran correlacionados con otras patologí­as, algunos relevantes como: hipertensión arterial esencial o también como consecuencia de problemas renales y/o  relacionados con el embarazo, hipertensión portal, insuficiencia cardiaca congestiva, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, tromboembolismo pulmonar, accidentes cerebrovasculares e insuficiencia respiratoria aguda.

Significa lo anterior, que el corazón es un órgano multifuncional que clí­nicamente no puede “aislarse” de otros signos y sí­ntomas de un paciente. Podrí­amos decir que la bomba cardiaca es un pseudo director de orquesta.

Al referirse a la telemedicina, la especialidad de Cardiologí­a y todo lo que ella implica en nuestro entorno actual de morbi-mortalidad en paí­ses desarrollados y en ví­as de desarrollo, juega un papel preponderante en el manejo y tratamiento de los pacientes, llámense: infantes, adultos y adultos mayores.

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Implementando la Tele-cardiologí­a en un hospital. Foto: Cortesí­a del autor.

El médico general al ejercer su profesión en hospitales Nivel I o Nivel II, por lo regular debe tratar con patologí­as bien sea directamente concernientes a Cardiologí­a o concomitantes con la misma especialidad. No nos llamemos a engaños, las herramientas en los hospitales mencionados son pocas o nulas en la gran mayorí­a de los casos. En ocasiones se encuentra en ellos un electrocardiograma de 12 derivaciones, con el cual los médicos generales gracias a su formación en Medicina interna, establecen diagnósticos “grandes” en los trazados hallados en los pacientes, pero en una cantidad considerable de ocasiones se enfrentan a patologí­as cardiacas primarias o relacionadas con otras enfermedades, que pueden considerarse para manejo por parte del cardiólogo o el internista, presentándose un dilema para el médico general en el sentido de si es mejor remitir el paciente a un hospital Nivel III, Nivel IV o dejarlo en observación por un tiempo no determinado, corriendo el riesgo de complicaciones ulteriores, frente a las cuales el traslado se vuelve un dolor de cabeza para la institución de salud.

Nuestra experiencia en telemedicina nos ha enseñado que en el caso de Tele-cardiologí­a a ser instalada en hospitales Nivel I o Nivel II se deben implementar herramientas coadyuvantes al electrocardiograma como son: fonendoscopio digital, pulsoximetro, y en los hospitales donde exista Radiologí­a, digitalizador de rayos X con protocolo DICOM. Estos dispositivos se pueden compartir en tiempo real con especialistas ubicados en Medical Centers de hospitales Nivel III - IV. Un especialista con solo un electrocardiograma, a través de telemedicina no puede establecer un diagnóstico fehaciente en un paciente.

Analicemos en primera instancia el fonendoscopio digital. Nosotros empleamos fonendoscopios con conexión inalámbrica que tienen a su haber una particularidad especial, su configuración biomédica permite seleccionar en el equipo, si se desean escuchar ruidos cardiacos o pulmonares, cualquiera de los sonidos se pueden transmitir en tiempo real al especialista y gracias a su software se pueden almacenar en la plataforma informática instalada, bien sea para revisarlos en consultas posteriores y compararlos, o en caso de tener historia clí­nica digital con protocolo HL7, ser almacenados en la susodicha historia.

Respecto al pulsoximetro, empleamos equipos biomédicos compuestos de hardware y software, para de la misma manera transferir la información en tiempo real y guardarla simultáneamente con el fin de llevar el record de controles posteriores de cada paciente.

En lo relacionado con rayos X, por lo regular los hospitales Nivel I y II tienen equipos convencionales, en pocos casos se encuentran equipos de Tomografí­a Axial Computarizada -TAC-. Independiente de esto se debe poseer para telemedicina como se dijo anteriormente, un digitalizador de rayos X con protocolo DICOM en el cual así­ sean rayos X convencionales y/o -TAC- lo realizado al paciente, permite visualizar el estudio en tiempo real con el cardiólogo y/o el internista, o en su defecto ser enviado para revisión y dictamen por parte del radiólogo.

Por último, en lo que corresponde al electrocardiograma -ECG-, me permito realizar una serie de observaciones, algunas de ellas pueden parecerle superfluas al lector, pero en el caso de telemedicina todas juegan un papel fundamental:

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Observaciones sobre el electrocardiograma —ECG— al implementar un sistema de Tele-cardiologí­a en un hospital. Foto: Cortesí­a del autor.

  1. Los -ECG- utilizados por nosotros en tele-cardiologí­a son de 15 derivaciones. Nos abstenemos de utilizar -ECG- de 12 derivaciones. La razón radica en lo siguiente: la adquisición simultánea de 15 derivaciones, el almacenamiento y la evaluación ofrecen medidas de ST adicionales para detectar los cambios que se producen en algunos casos de 12 derivaciones no diagnósticos, a fin de facilitar la inmediata detección de infartos de miocardio de ventrí­culo derecho y posterior.  
  2. Por lo regular en los hospitales Nivel I y Nivel II, los polos a tierra no manejan norma eléctrica RETIE hospitalaria, lo que puede causar que al tomar un -ECG-, los trazos en las derivaciones presenten señales espurias, ocasionando que se presenten diagnósticos errados en patologí­as cardiacas. Para los sistemas de telemedicina recomendamos que el conjunto de herramientas correspondientes a hardware y software instaladas, tengan un polo a tierra independiente al del hospital.
  3. Es mandatorio que en hospitales Nivel I y Nivel II, los médicos generales se abstengan de tomar -ECG-. La toma de los -ECG- y lo digo gracias a mi experiencia como ex-jefe de Urgencias, la deben realizar las enfermeras. A excepción de los cardiólogos, y SIN pretender ofender, los médicos generales por lo regular no saben tomar un -ECG-.
  4. Como recomendación final, existen software de -ECG-, que vienen con un plug in que permite realizar pruebas de esfuerzo. Bajo ningún motivo este componente debe ser instalado en una plataforma de telemedicina en hospitales Nivel I y Nivel II. La razón es simple: no se deben realizar pruebas de esfuerzo en pacientes sin tener un carro de paro y si no se encuentra un cardiólogo presente bien sea con un anestesiólogo o un intensivista, so pena de presentarse un paro cardiaco durante la prueba de esfuerzo y perder al paciente.
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