Investigadores y estudiantes es del Laboratorio Nacional de Soluciones Biomiméticas para Diagnóstico y Terapia (Lansbiodyt) de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autonoma de México (UNAM) ha trabajado por más de cuatro años en un sensor de biomoléculas que hace posible la detección de diversos anticuerpos y moléculas como glucosa e insulina —para diagnosticar diabetes—, colesterol, triglicéridos, entre otros.
Dicho dispositivo de gran versatilidad y ante la emergencia de salud por la COVID-19, el equipo decidió desarrollar un biosensor que sirva para detectar este coronavirus de manera rápida, segura y barata, sin necesidad de utilizar los instrumentos y elevados costos que implican otras pruebas como el PCR (por sus siglas en inglés).
En este momento el proyecto se encuentra en fase de validación ante el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (Indre) y en pruebas de distintos tipos de lectores para determinar carga viral. Se calcula que su costo oscilará alrededor de los 300 pesos mexicanos por prueba, a diferencia de los 1,500 a 2,000l pesos que ascienden otras pruebas de diagnóstico.
Para una segunda fase del proyecto, los investigadores podrían requerir recursos que asciende a los 10 millones de pesos (unos USD 422 mil), para poder tener listo un point of care, —como una prueba de embarazo o un glucómetro—, que en este caso podría detectar los virus y muchas otras moléculas barato y de acceso universal.
El biosensor es un dispositivo compuesto por dos elementos fundamentales: un receptor biológico preparado para detectar una sustancia aprovechando la especificidad de las interacciones biomoleculares y un sensor, capaz de interpretar la reacción de reconocimiento biológico que produce el receptor y "traducirla" en una señal cuantificable.
A diferencia de las pruebas rápidas que también se están utilizando para Covid-19 que detectan la cantidad de anticuerpos IgM e Igs, que se desarrollan en etapas más avanzadas de una infección pero no detecta al virus, ni al material genético, con este biosensor se hace una detección específica del virus, con una carga viral menor, lo que se traduce en un diagnóstico temprano y oportuno.
“Implementamos la técnica para detectar en RNA, lo cual nos permitiría tener una gran especificidad en lo que estamos detectando, pero el desarrollo del sensor permite que sea masivo. Entonces la idea es combinar dos necesidades: especificidad y masividad, para poder salir adelante en el diagnóstico” afirma Tatiana Fiordelisio, integrante del equipo en Lansbiodyt.