Este instrumento valora el riesgo del paciente que asiste a urgencias, y fue diseñado para repercutir sobre variables como tiempo de espera y mortalidad.
Los servicios de urgencias son la puerta de entrada al sistema de salud para los pacientes en condición clínica agudamente comprometida. Esta oportunidad es la característica de calidad que mejor califica un servicio de Urgencias. Muchas de las condiciones clínicas que son manejadas allí dependen del tiempo en el que se intervienen para lograr un resultado clínico óptimo.
Existen estrategias variadas que intentan disminuir los problemas que derivan del sobreflujo de pacientes a dichos servicios, pero, desde que Dominique Jean Larrey lo planteó en las Guerras Napoleónicas, la categorización es imprescindible. [1] Históricamente, este personaje se asocia con la creación de la práctica de triaje en la atención de pacientes críticamente enfermos.
El aumento en la demanda y la congestión de los servicios de Urgencias producen retraso en la atención de los pacientes, repercutiendo directamente en la calidad de la atención que se presta en los mismos. [1] La congestión es un serio problema en la práctica de una medicina segura. [2]
Centers for Disease Control and Prevention (CDC) reportó para el 2008, en los Estados Unidos, que hubo 123.8 millones de visitas a los servicios de Urgencias, de estos solo el 18 % fueron vistas antes de 15 minutos. [3] Es de anotar que este es un fenómeno de ocurrencia mundial.
El tiempo de espera en los servicios de Urgencias se relaciona con un aumento en el riesgo para estos pacientes. En el 2011, CDC estableció que el 9 % de los pacientes dejan el servicio de Urgencias sin ser atendidos, lo cual representa 1.1 millones de pacientes en los Estados Unidos por año; por esta razón en ese país se introdujo el indicador de pacientes que dejan el servicio sin ser atendidos como un indicador de calidad de cuidado de un hospital. [4]
The American Hospital Association ha documentado que el 38 % de los hospitales en Estados Unidos trabajan por encima de su capacidad en los servicios de Urgencias, lo cual hace necesario un sistema de clasificación de pacientes al ingreso. [4]
Los sistemas de triaje, además de impactar la oportunidad en la atención del paciente urgente, han sido diseñados para repercutir sobre variables como tiempos de espera y mortalidad; además, son las herramientas con mayor evidencia para lograr los mejores resultados en la organización de los servicios de Urgencias y que tienen el mayor impacto en términos de beneficio de los pacientes con patologías urgentes. [1] Muchas son las escalas de clasificación en el mundo, pero, podemos afirmar que solo cinco han sido validadas y aceptadas por la comunidad académica experta en el tema:
Las escalas se basan en un análisis rápido que lleva a cabo el personal de salud de los síntomas y motivo de consulta que aqueja al paciente, formulando, además, algunas preguntas que permiten una clasificación de prioridad. Nunca intentan diagnosticar. La escala americana tiene en cuenta los recursos que son necesarios para la atención de urgencias del paciente.
Todas las escalas pueden ser gestionadas por personal médico o de enfermería y, aunque muchos hospitales lo realizan parcialmente, la recomendación es que se mantenga continuo las 24 horas del día. [6]
El sistema de triaje estructurado busca, entre otras cosas, valorar el riesgo del paciente en espera de ser atendido, cuando las demandas y las necesidades clínicas superan los recursos, teniendo en cuenta que lo urgente no siempre es grave y lo grave no siempre es urgente. [8] Siempre se busca brindar una atención más humanizada al ir directamente a aspectos como la información, el respeto, la comunicación, la intimidad y la confidencialidad. Teniendo en cuenta que el centro de la atención es el paciente, haciéndose por tanto imperativo que se debe asegurar una información adecuada para los pacientes, a quienes se les explica el objetivo de la aplicación de cualquier escala, los beneficios finales que se derivan del resultado, y la necesaria solidaridad y adherencia a las decisiones de prioridad en la atención. [5]
Hay varios indicadores de calidad propuestos para el triaje, entre ellos:
1. Porcentaje de pacientes no atendidos, tanto con clasificación y sin clasificación: son los pacientes que acuden al servicio y que finalmente no llegan a ser atendidos por el médico, se ha definido que debe ser siempre menor al 2 %.
Respetable Dr. Soy Emergencióloga Intensivista, a su orden desde Venezuela, Hospital Clinico San Vicente de Paúl hoy cerrado. Le ofrezco mis servicios.