El lubricante desarrollado por ingenieros biomédicos se encuentra en fase de ensayos clínicos caninos y se muestra prometedor para su uso final en humanos.
Ingenieros biomédicos de la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, desarrollaron un lubricante —que se encuentra en fase de ensayos clínicos caninos—, que se muestra prometedor para uso final en humanos.
El lubricante es una versión sintética de un líquido de juntas de origen natural que se adhiere a la superficie del cartílago en las articulaciones y que actúa como un amortiguador durante actividades de alto impacto como correr. Así lo señala una nota de News Medical.
“Estamos en ensayos clínicos con perros que tienen osteoartritis en colaboración con el Colegio de Medicina Veterinaria de Cornell”, explicó David Putnam, profesor de la Escuela Meinig de ingeniería biomédica y la Escuela Smith de ingeniería química y biomolecular.
“Estamos en ensayos clínicos con perros que tienen osteoartritis en colaboración con el Colegio de Medicina Veterinaria de Cornell”,
explicó David Putnam, profesor de la Escuela Meinig de ingeniería biomédica y la Escuela Smith de ingeniería química y biomolecular.
El estudio se enfoca en un lubricante para articulaciones que se genera de forma natural, llamado lubricina, cuya producción aminora luego de lesiones traumáticas en una articulación como un desgarro de ligamento en una rodilla. “Cuando la producción de esa sustancia específica disminuye, crea un mayor contacto entre las superficies de la juntura y, con el tiempo, conduce a la osteoartritis”, explicó Putnam.
La rodilla se lubrica de dos maneras, de modo hidrodinámico o de contorno. La primera ocurre cuando la unión se mueve rápido y no hay una fuerza enérgica que la empuje hacia abajo. En este modo, las articulaciones se engrasan con compuestos como el ácido hialurónico (HA, por su sigla en inglés), que son gruesos y pegajosos, como el aceite de automóvil.
Sin embargo, el HA es ineficaz cuando esas fuerzas enérgicas empujan hacia abajo en la articulación, como las que ocurren durante la carrera o el salto. En estos casos, la sustancia gruesa y pegajosa se sale de las superficies del cartílago y es necesaria la lubricación en el modo de contorno. Bajo estas fuerzas la lubricina, que contiene azúcares que se aferran al agua para amortiguar las presiones duras de la rodilla, se une a la superficie del cartílago.
En el documento, los investigadores describen el polímero sintético que desarrollaron y que imita la función de la lubricina, además señalan que es mucho más fácil de producir. “Una vez que se finalice el estudio de eficacia en perros, vamos a estar en una buena posición para comercializar el material para el tratamiento veterinario de la osteoartritis”, afirmó Putnam.
A partir de entonces el objetivo será alcanzar el mercado humano como un sustituto de la lubricina, así como el HA está a disposición, en especial para las rodillas.