El Informe Internacional sobre Advertencias de Salud en los Empaques de Cigarrillos realizado por la Sociedad Canadiense del Cáncer, ubicó a Ecuador en el octavo lugar por el buen manejo de las advertencias sanitarias, entre los 198 países miembros de la Organización Mundial de la Salud.
El reporte indica que uno de los países que muestra progresos más significativos es Ecuador, que incrementó el tamaño de las advertencias sanitarias y realizó la inclusión de imágenes dentro de ellas. Las nuevas advertencias desarrolladas, tanto gráficas como escritas, ocupan el 60% de las caras principales de los empaques. Asimismo, la información sanitaria ocupa el 70% en el lado derecho de la cara lateral, en lugar de los mensajes anteriores que sólo eran de texto y ocupaban el 40% en las cajetillas.
Patricio Jácome, responsable del Programa Nacional Antitabaco, indicó que “este trabajo tiene aproximadamente 24 años en una labor conjunta entre el Ministerio de Salud Pública y el Comité Interinstitucional de Lucha Anti tabáquica (CILA)”. Antes de 2007 no existía un presupuesto propio y se pedía recursos a la Organización Panamericana de la Salud o se utilizaban fondos del CILA. A partir de este gobierno existe un presupuesto dedicado específicamente a la lucha anti tabáquica.
Otro logro es el de la prohibición de la transmisión de publicidad de cigarrillos en los medios masivos de comunicación, así como la eliminación al 100% de la publicidad de lugares como bares, vallas publicitarias, locales comerciales y controles publicitarios en Internet.
Un reporte de la OMS señala que, en el siglo pasado murieron por tabaquismo 100 millones de personas en el mundo, y en la actualidad mueren cinco millones anualmente. En Ecuador cuatro mil personas murieron anualmente, es decir once personas por día.
Del total de la población ecuatoriana, el 22% es fumadora, mientras que el 78% no lo es, observándose una disminución del consumo en la población adulta que en décadas anteriores fluctuaba entre el 28% y 30%. Para la tercera encuesta mundial sobre tabaquismo a realizarse a finales de 2013, el objetivo del país es reducir aún más estas cifras.
Alejandro Diaco, coordinador nacional del Programa de Salud en Contextos de Encierro, señaló que el objetivo de este programa es “dejar capacidad instalada dentro de las unidades penitenciarias, lo que contempla dejar armado en cada lugar un equipo que conste de un médico, un psicólogo, un trabajador social y un personal penitenciario que sean los que, en caso de VIH, hagan consejería antes y después del test”.
También explicó que es muy importante “realizar campañas de concientización sobre enfermedades crónicas, promover un trabajo articulado con escuelas, asesorar a los internos en relación al resultado de sus test, charlar con los familiares, entre otras consultas”.