Un nuevo programa del Ministerio de Salud de la Nación trabaja con los equipos de las unidades del Servicio Penitenciario Federal para la prevención del VIH-SIDA, donde conviven casi diez mil internos.
En julio de 2012, a través de la resolución 1009 se creó el Programa de Salud en Contextos de Encierro, cuyo objetivo principal es mejorar la calidad en el acceso a la salud de los reclusos, mediante el fortalecimiento de los sistemas sanitarios penitenciarios.
En este contexto, en 2013 se ha comenzado la capacitación en las unidades penales del Servicio Penitenciario Federal, dentro de las cuales se estima que el 29,6 por mil de los reclusos tienen VIH. La primera de estas capacitaciones se ha realizado en el Complejo Penitenciario Federal Nº2 de la localidad Marcos Paz.
El programa de capacitación tiene como objetivo fortalecer el acceso de las personas privadas de la libertad al sistema público de salud, y estará a cargo de los equipos técnicos del Programa de Salud en Contextos de Encierro y de la Dirección de SIDA y Enfermedades de Transmisión Sexual.
La prevalencia de VIH en personas que viven en reclusión, es nueve veces mayor que en la población general, según estudios realizados en 2011 conjuntamente entre las carteras nacionales de Justicia y Salud.
Alejandro Diaco, coordinador nacional del Programa de Salud en Contextos de Encierro, señaló que el objetivo de este programa es “dejar capacidad instalada dentro de las unidades penitenciarias, lo que contempla dejar armado en cada lugar un equipo que conste de un médico, un psicólogo, un trabajador social y un personal penitenciario que sean los que, en caso de VIH, hagan consejería antes y después del test”.
También explicó que es muy importante “realizar campañas de concientización sobre enfermedades crónicas, promover un trabajo articulado con escuelas, asesorar a los internos en relación al resultado de sus test, charlar con los familiares, entre otras consultas”.