Polémica por el planteamiento de soluciones a la resistencia antibiótica

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “la resistencia antibiótica se ha incrementado de manera alarmante en los últimos años, incidiendo en variables tan importantes como la sobrevida de los pacientes infectados, el control epidemiológico de las enfermedades infecciosas, el costo de la asistencia médica y la seguridad sanitaria”.

Considerando la importancia capital de este tópico, la BBC de Londres entrevistó al Dr. Peter Taylor, profesor de microbiología de la University College London (UCL) y al Dr. Patrick Vallace, presidente de GlaxoSmithKline (GSK), en la que abordaron los temas de la antibióticoterapia y la resistencia antibiótica.

El profesor Taylor afirmó: “los antibióticos son probablemente los fármacos más seguros y eficaces que se hayan producido, pero tienen un talón de Aquiles. Cada vez que tomamos un antibiótico, se puede generar resistencia al mismo de una forma muy parecida a la selección natural de Darwin, sólo que las bacterias, al ser organismos de rápida mutabilidad, están llevando esta evolución a extremos no concebidos”.

Continuando con su intervención, agregó: “la industria farmacéutica fue muy buena desarrollando antibióticos entre 1940 y 1980, tiempo al que se llamó Período de Oro. Desde ese entonces, ha habido una falta de investigación, inversión y éxito en la actualización de estos medicamentos (…) Actualmente estamos tomando un enfoque distinto, buscamos conocer al detalle las bacterias mediante técnicas de biología molecular, para así intervenir terapéuticamente en los genes y proteínas que originan la resistencia farmacológica”.

Ante esta premisa, el presidente de GSK respondió: “es realmente difícil descubrir antibióticos, no se trata de un ejercicio trivial. Además, es difícil realizar en los hospitales pruebas con nuevas moléculas, por motivos éticos y microbiológicos que saltan a la vista. Durante los últimos 12 años, se han destinado más de un millón de dólares a la investigación y desarrollo de antibióticos”.

El académico de la UCL contraargumentó: “descubrimos que hay componentes en la naturaleza que tienen la facultad de optimizar el tratamiento antibiótico. Por ejemplo, el té verde japonés está compuesto por algunas moléculas que, al traspasar las membranas de los Staplylococcus aureus resistentes a meticilina, genera cambios ultraestructurales que terminan volviendo al microorganismo sensible a antibióticos de primera línea, como la penicilina”.

El presidente de la multinacional añadió: “una vez que los antibióticos salen al mercado, se venden a un precio muy bajo, por lo que no esperamos grandes ganancias con respecto al capital en mención que hemos invertido. En términos de ganancia, son minucias las que diferencian el ingreso proveniente de un antibiótico nuevo con respecto a uno de vieja línea. Hay una disparidad en la forma como la sociedad valora este tipo de fármacos”.

Al finalizar la entrevista, buscando conciliar las discrepancias de carácter académico y comercial, el Dr. Taylor concluyó: “la idea es poder usar estos agentes naturales en conjunto con los medicamentos que, dado su perfil de resistencia, han perdido vigencia y estrechado su margen de utilización. La ciencia médica necesita mancomunar esfuerzos para encontrar solución a un problema que, a todas luces, se nos está saliendo de las manos”.