Seguridad eléctrica en entidades de salud, un camino fundamental hacia la seguridad del paciente

Seguridad eléctrica en entidades de salud, un camino fundamental hacia la seguridad del paciente

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¿Es posible hoy en día hablar de un proceso de atención en salud que no involucre el uso de un equipo biomédico? Es igualmente difícil encontrar dispositivos que no requieran de una fuente de alimentación eléctrica sea interna (batería) y/o externa; por lo que la seguridad eléctrica seguirá siendo un aspecto importante dentro del control y mantenimiento de los equipos utilizados en las instituciones de salud con el fin de garantizar la seguridad del paciente y su entorno.

Actualmente los equipos biomédicos (EB) son sometidos a rigurosos controles de calidad y seguridad desde la etapa de diseño, por lo que toda empresa que se involucre en el desarrollo de EB debe cumplir con normas, leyes y regulaciones que buscan garantizar la seguridad del paciente en todos los aspectos posibles como partes aplicables, corrientes máximas, aislamientos etc.; pero una vez éstos son instalados y puestos en funcionamiento, ¿cómo se garantiza esa seguridad?

Desde 1967 la AAMI (Association for the Advancement of Medical Instrumentation) [1] trabaja por el desarrollo, la gestión y el uso seguro y eficiente de la tecnología médica siendo tal vez el centro más importante a nivel mundial en el desarrollo, normas, guías, recomendaciones y divulgación en el ámbito de tecnología médica. En su última publicación acerca de la seguridad eléctrica (‘Electrical Safety Manual’, 2015) [2] incluye recomendaciones basadas en ANSI/AAMI ES60601-1 las cuales son prácticamente el “texto guía” para la seguridad eléctrica en equipos médicos ya que entrega los requerimientos de seguridad para equipos biomédicos con el fin de brindar seguridad al paciente y al operario de los equipos.

Estas normas establecen los requerimientos para eliminar los riesgos eléctricos tales como corrientes de fugas, puestas a tierra, aislamiento, entre otras, y fueron publicadas y han sido actualizadas desde 1977 como pruebas enfocadas en condiciones de laboratorio, lo cual es ideal en la etapa de pre-mercado y son muy aplicables para todo el ciclo de vida útil del equipo siendo la más utilizada en todas las instituciones. Sin embargo, la IEC desarrolló y publicó en el 2007 la norma IEC 62353 ‘Medical Electrical Equipment—Recurrent Test and Test After Repair of Medical Electrical Equipment’ [3] la cual está diseñada para pruebas de equipos en el sitio de uso o en campo y que debería ser, junto con las mencionadas anteriormente, parte del catálogo de referencia a seguir en el diseño de pruebas y protocolos de seguimiento a los equipos, pues se enfoca en las pruebas que deben realizarse constantemente a los equipos y después de una reparación e incluye una serie de chequeos específicos para dispositivos en uso y los límites aceptables para las diferentes mediciones.

Estas no son las únicas normas existentes, sería muy extenso mencionar las que pueden ser aplicables (toda la línea de la IEC 60601) pero en este punto es suficiente saber que existen junto con los profesionales competentes y capacitados para aplicarlas. El aspecto realmente a tener en cuenta es, qué respuesta podemos dar a estas preguntas:

  • ¿En nuestra institución se aplican estas normas?
  • ¿Contamos con el personal adecuado para esto?
  • ¿Todos los equipos biomédicos de la institución son eléctricamente seguros para el paciente, usuario y acompañantes?

Si alguna de las respuestas es no, estamos en mora de iniciar las acciones necesarias ya que son muchos los aspectos que pueden influir en la seguridad eléctrica y van, desde el almacenamiento, transporte, instalación, línea eléctrica de la institución y por supuesto el mal uso de los equipos.

La imagen 1 se obtuvo en un quirófano y es un ejemplo de un caso típico en el cual los equipos tienen cable grado médico acorde con la reglamentación pero están conectados a una toma de pared incorrecta ya que no es grado médico. Pero lo más curioso y común de la fotografía es el adaptador, en este caso uno de los equipos está conectado a través de un adaptador con lo que se conecta un cable de EB con polo a tierra (tres líneas) y una toma de pared con polo a tierra (tres líneas) utilizando un adaptador que lo convierte a dos líneas eliminando el polo a tierra y con ello todos los controles y normas aplicables en el diseño y fabricación del equipo. Todo el tema de seguridad eléctrica es eliminado con este adaptador y así mismo la seguridad al paciente y usuario.

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En el segundo caso (imagen 2) se tiene el cable del pedal de un electrobisturí  (equipo diseñado para lograr el efecto de corte o coagulación de tejido por medio corriente) en mal estado y siendo utilizado en el quirófano.

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¿Cómo garantizar la seguridad del paciente y usuarios?

Afortunadamente el panorama no es tan oscuro. Como se mencionó, desde hace muchos años existen las normas para garantizar la seguridad eléctrica así como los profesionales para aplicarlas (bioingenieros, ingenieros biomédicos, ingenieros electrónicos, tecnólogos en equipos médicos) y hasta hace algunos años era necesario contar con un laboratorio de electrónica para poder realizar algunas de las pruebas. Esto ha cambiado y hoy se cuenta con analizadores de seguridad eléctrica diseñados para practicar estas pruebas en campo, siendo una herramienta más en el departamento de Ingeniería de la institución. Con todos estos elementos es claro que se cuenta con lo necesario para poder efectuar los seguimientos adecuados, además de las universidades donde se desarrollan este tipo de protocolos y estudios alrededor de la gestión de equipos biomédicos. Es una opción muy interesante la unión entre grupos de investigación en universidades que pueden aportar todo el soporte documental y académico, y los departamentos de ingeniería en instituciones de salud que entregan la información de los equipos y experiencia en el trabajo con éstos.

Existen muchas instituciones en Colombia que tienen este compromiso y han incluido protocolos de seguridad eléctrica en sus planes de gestión y mantenimientos de equipos. Entre ellas están la Clínica CES, que desde el 2009 viene aplicando este tipo de procedimientos e incluyendo en su plan de mantenimiento las pruebas de seguridad eléctrica a equipos biomédicos;  el Hospital General de Medellín, la Clínica Cario Vid, la Fundación Santa Fe, la Clínica Prado, la IPS Universitaria León XIII, por mencionar algunas; otras aplican este tipo de evaluaciones sin incluirlas aun en el plan de mantenimiento y algunas lo realizan de forma puntual a determinados equipos.

Como se mencionó, casi la totalidad de los equipos médicos requieren de una fuente de alimentación eléctrica y es ampliamente conocido el posible efecto en el cuerpo de la circulación de corriente, por lo que el siguiente paso en las instituciones de salud es implementar los procesos y controles necesarios para llevar a cabo un seguimiento a los equipos durante su ciclo de vida útil y después de cada reparación, de tal forma que se pueda tener un mejor control sobre éstos y minimizar o eliminar este tipo de riesgo.

Todos podemos tener en la mente el recuerdo de ese equipo que vimos mal conectado, la toma eléctrica de la que saltaron chispas al conectarla, la corriente que sentimos al tocar un equipo pero más allá del cumplimiento de una norma o de evitar una No Conformidad en una auditoria, prevalece el concepto de ofrecer al paciente, familiares y usuarios de los equipos médicos un entorno seguro y que estas situaciones ya sean superadas. Lo anterior puede lograrse con una adecuada capacitación en el uso de los equipos, en el reporte de fallas, en el control de los mantenimientos e implementando las pruebas necesarias basadas en las normas existentes, desarrolladas por personal competente y capacitado utilizando equipos adecuados y siguiendo los protocolos creados para esto.

 

El Hospital agradece la colaboración editorial del Ing. Javier García para este artículo.

Artículo proveniente del suplemento Colombia de la edición impresa de Agosto-Septiembre de El Hospital con el código EH0816SEG

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