El cambio más importante en medicina, y casi el más dramático, es que el ultrasonido pasará a ser una herramienta más de la semiología médica. Históricamente, la semiología incluía inspección, palpación y pulsación. Se inspeccionaba el paciente desde afuera. Hoy la ultrasonografia es muy sencilla, está al lado de la cama de los pacientes, se tienen los portátiles, y con ella se pueden inspeccionar los órganos por debajo de la piel, como el hígado, la vesícula y el riñón. Tanto es así, que muchos médicos no radiólogos, los cirujanos en los quirófanos, y otros en muchos lugares, la usan de una manera similar al estetoscopio, porque con ella pueden ver por dentro y programar la inspección interna.
Su costo se ha reducido drásticamente y se ha popularizado como un examen de sangre en prácticamente todos los lugares en donde hay medicina de baja complejidad. Surgen toda una serie de cuestionamientos sobre cómo debería ser la educación. Si los médicos generales deberían tener mínimos conceptos de ultrasonografia, así como de radiología, para hacer una placa de tórax, o si eso debería ser solo de los radiólogos.
Más allá de esto, la misma ultrasonografía también tiene desarrollo, están ahora los programas 3D o 4D,que permiten una extraordinaria precisión, con los que se pueden ver una serie de patologías, sobre todo a nivel intrauterino.
Otra tendencia en pleno desarrollo es la utilización de elementos de contraste (para permitir caracterizar mejor lesiones) y de transductores cada vez más sofisticados.
Indudablemente, ha mejorado la velocidad de adquisición del examen y de obtener los resultados y, por lo tanto, la calidad diagnóstica de los ecógrafos. Se han ampliado las posibilidades de hacer análisis comparativos de medidas y velocidades, y en el caso del Doppler, de sacar índices para estudios funcionales. Los software cada vez son más sencillos, y al oprimir menos cantidad de teclas se logra información que antes era más dispendioso obtener.
Al ser una técnica no invasiva, no ionizante, inocua e indolora, que proporciona una excelente calidad de las imágenes y une a la gran definición de las estructuras la posibilidad de estudios funcionales, permite complementar la información obtenida con otras tecnologías, como la resonancia magnética y la tomografía por emisión de positrones.
Agradecemos la colaboración de los doctores Ricardo García-Mónaco, presidente del Colegio Interamericano de Radiología, médico radiólogo subespecializado en intervencionismo; Publio Vargas Andrade, presidente de la Sociedad Ecuatoriana de Radiología; Ana Patricia Castro, presidente de la Asociación Colombiana de Radiología, y Juan Camilo Aldana, radiólogo de la Fundación Clínica Abood Shaio, Bogotá, Colombia.