Las bombas de infusión, de uso común en hospitales desde finales de la década de los años sesenta, se agrupan hoy dentro de tres categorías y cuentan con propiedades y características especiales que diferencian su manejo y aplicación.
Bombas de desplazamiento positivo. Quizá las de uso más común, las bombas en esta categoría se dividen en las de casete y las de jeringa. En la primera de éstas, se cuenta con una cámara integrada en el casete, a la que una pequeña válvula deja llegar el líquido durante una pausa en el bombeo. Cuando éste se reinicia la válvula se cierra y fuerza al líquido hacia el paciente en lugar de dejarlo regresar a la bolsa. Los modelos actuales no generan una presión superior a 500 mmHg , o PSI (libras por pulgada cuadrada) y cuentan con sensores de presión que garantizan la detección durante la infiltración de problemas asociados con el paso indeseado de la aguja intravenosa a tejidos blandos.
Los sistemas de jeringa se caracterizan por su parte por su gran precisión en los volúmenes de entrega y se dividen en dos tipos principales: los que utilizan jeringas estándar (de 5 a 60 cc) y los utilizados para la aplicación de analgésicos controlada por el paciente (PCA), que emplean jeringas específicamente diseñadas para este tipo de bombas.
Cuando se utilizan estos sistemas de bombas, se determinan en ellas dos parámetros antes de comenzar la infusión: la velocidad, medida en L/hr y el volumen de líquido de la infusión, medido en mililitros. Es común que la relación entre estos parámetros sea de dos veces el volumen con respecto a la velocidad, lo que significa que a las dos horas suene una alarma advirtiendo que el proceso se ha completado.
Bombas lineales peristálticas. Este tipo de bombas ha gozado de diversas modificaciones en su diseño que le garantizan hoy niveles de precisión cercanos a las de desplazamiento positivo. Las bombas lineales peristálticas actuales tienen limitaciones de presión y ofrecen volúmenes precisos de entrega de los líquidos.
Su funcionamiento comprende el uso de cierto número de "dedos" que "ordeñan" el líquido y lo hace descender por un canal recto para su infusión en el paciente.
Bombas peristálticas rotativas. Es quizá el menos preciso de todos los sistemas de bombas y no se utiliza por lo general en la aplicación intravenosa de medicamentos. Su empleo se centra más en la administración de alimentos, como es el caso de la nutrición parenteral. La bomba rotativa se utiliza también de manera amplia para la infusión de sangre en el quirófano, durante la implantación de un bypass o en bancos de sangre para el procesamiento o la separación de células del plasma.
Algunas recomendaciones
- En una bomba que funcione con baterías, éstas deben reemplazarse de manera regular para evitar poner en riesgo la seguridad de los pacientes ante una detención repentina.
- Las bombas que no cuentan con una función integrada de protección frente al flujo libre deben identificarse claramente y complementarse con un programa de capacitación sobre su manejo ofrecida a los usuarios.
- A menudo las bombas presentan desaceleración repentina o caen al suelo, por lo que deben inspeccionarse mecánicamente como parte de un proceso de control y seguridad.