La ortodoxia médica occidental disputa un conflicto histórico con la medicina alternativa y la clínica complementaria, ya sea por la falta de fundamento científico que se atribuye a las mismas o por la masificación de prácticas “naturistas” y “bioenergéticas” por parte de personal no calificado en el campo de la salud en general y la medicina en particular.
Si bien exaltamos la labor realizada por países como México, Cuba y Argentina, donde algunas disciplinas complementarias se han ganado a pulso el respeto y la consideración de los trabajadores de la salud y de sus pacientes, aún hay países en donde estas prácticas se tildan con calificativos como “brujería”, “magia” o “acto de fe”.
La educación médica convencional suele excluir por completo estas valiosas opciones de su currículum, además de sembrar entre los estudiantes, gracias a los comentarios de algunos especialistas, un serio recato contra la medicina alternativa, que podríamos decir raya en el rechazo y la desacreditación. No se trata de considerar este arte una panacea, claramente no lo es, pero sí podríamos ampliar nuestras perspectivas y flexibilizar nuestras ideas en aras de dar una posición honorable a esta ciencia.
La clínica complementaria es una especialidad médica formal, tal como lo son la medicina interna y la pediatría, requiriendo previamente la asimilación de una formación médica ortodoxa. Al igual que otras especialidades, la medicina alternativa tiene estandarizados varios protocolos y guías de manejo junto con una gruesa lista de indicaciones, contraindicaciones e interacciones, de modo que quienes acuden a su ejercicio tengan una base científica y filosófica sobre la cual basar su cotidianidad profesional.
Presentamos a nuestra audiencia un texto que detalla el fondo filosófico y biológico de algunas disciplinas médicas complementarias y se esfuerza por reivindicar la dignidad terapéutica y académica de éstas. Recae en los profesionales de salud, especialmente en los médicos, la responsabilidad de posicionar con el más alto respeto y consideración las posibilidades que ofrece esta especialidad, algunas veces sobrepasando los límites alcanzados por los tratamientos convencionales. Quizá sea éste un buen momento para comenzar.
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