Colaboración, la llave para innovar apropiadamente en salud

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No se puede hablar de innovación sin la palabra “investigación” en el medio. La innovación surge y se alimenta de aquellas actividades investigativas que permiten la versatilidad de soluciones a los constantes problemas que presenta el ambiente laboral, social, ecológico y demográfico de las personas.

El sector salud cuenta con herramientas investigativas para responder inquietudes que generan problemas en usuarios, clientes, prestadores y personal de apoyo; tal es el caso de los estudios documentales, cuyos resultados medibles en poblaciones categorizadas, permiten tomar decisiones sobre un producto o tecnología médica que es susceptible a tener un impacto adecuado sobre los entornos antes mencionados. Generalmente, las investigaciones en salud llevadas en Colombia consisten, en su mayoría, de estudios de casos, determinando causa y efectos, controlándolos con actividades preventivas. En términos generales, el control documentando existe y el sistema de retroalimentación se genera, sin embargo, la pregunta que se plantea después del primer levantamiento documentado, que consiste en, ¿se pueden generar alternativas que respondan adecuadamente a las soluciones brindadas en el estudio documental o acaso puedo encontrar una mejor? Esta duda deja lugar a una pregunta más sesgada ¿Cuál es el siguiente paso?

Para Colombia en particular es difícil responder esta pregunta, por eso se busca en entornos externos el tan mencionado “siguiente paso”, ese siguiente que refiere (como se menciona anteriormente) a la innovación, en este caso en tecnologías en salud. La innovación en tecnología se alimenta constantemente de la investigación, no solo de una investigación documentada sino también de una  aplicada, que apunta (esta última) a procedimientos basados en el tan mencionado “método científico”, que basa todos sus procesos en brindar soluciones tangibles en diferentes escenarios que se presentan en un sector de la salud. Es conocido que gran parte de nuestra sociedad asegura que la investigación colombiana está a años luz de la norteamericana, ejemplo que aunque no contradigo, sí aseguro que en cierto punto estuvieron en el mismo escalón en el que ahora nos encontramos. ¿Cuál fue la diferencia? En algún momento de su historia, comprendieron que el motor para crear innovaciones de tecnología médica consistía en no sólo plantear estudios documentales para tomar decisiones sobre acciones preventivas o correctivas en procesos de gestión administrativa (práctica recomendada en procesos de gestión del ambiente de trabajo), además de acoplarlo con el desarrollo de nuevas tecnologías aplicables, empezando a apostar por estas y volviéndose lo suficientemente expertos para trasladar sus sistemas a otras regiones.

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Dicho cambio de mentalidad permitió a profesiones como la ingeniería biomédica, química, biológica, mecánica, mecatrónica, electrónica, eléctrica, sistemas, materiales y software aparecieran como generadoras de alternativas de innovación que aporten a las tan anheladas soluciones. Cuando se encontró el equilibrio perfecto entre los dos tipos de investigaciones, los productos o tecnologías médicas se pudieron escalar hasta la etapa de pre-mercado y post. Los estudios documentales de casos epidemiológicos, de procedimientos de gestión administrativa, operacionales califican dentro de los niveles de evidencia científica. Dichos estudios suben de nivel de evidencia cuando se empiezan a mezclar con ensayos de investigación aplicada con datos cuantitativos para análisis de indicadores, se describen los niveles de correspondencia científica (US Agency for Health Research and Quality):

Ia: La evidencia proviene de Meta análisis de ensayos controlados, aleatorizados, bien diseñados.

Ib: La evidencia proviene de, al menos, un ensayo controlado aleatorizado.

IIa: La evidencia proviene de, al menos, un estudio controlado bien diseñado sin aleatorizar.

IIb: La evidencia proviene de, al menos, un estudio no completamente experimental, bien diseñado, como los estudios de cohortes. Se refiere a la situación en la que la aplicación de una intervención está fuera del control de los investigadores, pero cuyo efecto puede evaluarse.

III: La evidencia proviene de estudios descriptivos no experimentales bien diseñados, como los estudios comparativos, estudios de correlación o estudios de casos y controles.

IV: La evidencia proviene de documentos u opiniones de comités de expertos o experiencias clínicas de autoridades de prestigio o los estudios de series de casos.

Estos niveles corresponden a unos grados de recomendación de uso en pacientes, descritos desde la “A” hasta la “E”, siendo “A” la mejor recomendación que se puede obtener; esta forma de ponderación se conoce como medicina basada en la “evidencia científica”. Generalmente una innovación en salud se entiende como la sumatoria de los dos tipos de investigación antes mencionados, esta se logrará “sí, y sólo si” los tres actores principales dentro de un país gobierno, organización (privada o pública) e institución investigativa  participan en ésta. Los ejemplos más claros consisten en la creación de estándares tipo: ISO, ASTM, AAMI, NTC inclusive una resolución u obtención de una patente, diseño o producto comercializable.

Colombia, con alguna limitante como el resto de la región, posee un potencial enorme para empezar a cimentar actividades completas del ciclo de innovación en salud. Como un caso de éxito se presenta la alternativa planteada por ruta n, el gobierno de Colombia, algunas organizaciones de las antes mencionadas en macro proyectos financiados en el marco de la ley general de regalías (www.eltiempo.com). 

En Colombia una de las principales barreras (por no decir la mayor) de entrada para adecuada gestión del conocimiento en vías de generar innovación, es la gran diáspora de agremiaciones en el país que aún no encuentran el modo óptimo de colaborar con un fin común. Los actores del sistema de innovación generalmente trabajan de manera aislada. La solución consiste en la integración de los actores gubernamentales, productivos e investigativos. Para que se cree un ambiente propicio como el que tiene Estados Unidos (Pentágono, MIT, Nasa, Gobierno USA), se debe generar tecnología en el país que se adapte a los requerimientos de población y que esté acobijada por los organismos gubernamentales, fortaleciendo el entorno industrial del país para desarrollar un sector que pide constantemente soluciones hechas a la medida de los colombianos potenciando el sector competitivo y generando necesidad de mejora constante. Desde la ingeniería biomédica se puede argumentar que la investigación desde el “método científico y de ingeniería” debe coexistir de manera simbiótica con la “documental”, para tratar con éxito las diversas problemáticas que enfrenta nuestro sistema de salud.

“La innovación es el motor de la economía”.

-Bernardo Hernández, vicepresidente de producto de Yahoo. De: Foros “el Espectador”-

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